Al modificar el espectro de la luz o la composición de la luz en cuanto al color, se incide en diversos procesos fisiológicos de las plantas, los que son controlados por una serie de compuestos fotoreceptores. Un ejemplo son las fototropinas, las encargadas de gobernar el movimiento de los girasoles, o los criptocromos, responsables de disminuir el crecimiento de brotes en respuesta a una alta cantidad de luz azul. Por su parte, los fitocromos actúan ante luz roja o rojo lejano y también inhiben el elongamiento de brotes. Esto último se relaciona con procesos moleculares que inciden en la síntesis de giberelinas.
Explica el experto Dr. Richard Bastías, que, si se modifica el microclima lumínico para tener una mayor proporción de luz azul en desmedro de luz roja o rojo lejano, lo más probable es que se provoque un menor crecimiento vegetativo. Lo mismo ocurre si se modifica para tener una mayor proporción de luz roja, en desmedro del rojo lejano. En oposición, si se induce una menor transmisión de luz roja y mayor transmisión de rojo lejano, se estimulará el crecimiento vegetativo.
“Hoy día existen en el mercado mallas fotoselectivas que logran los efectos antes mencionados. Sin embargo, y pese a los varios trabajos realizados, tanto en la Universidad de Concepción como en el extranjero, todavía no vemos un efecto medible en las plantas de un huerto”, señala el experto Richard Bastías.
“Al parecer es la intensidad de la luz lo que más incide en el crecimiento vegetativo. No obstante, si trabajamos con techo en cerezo o lo estamos cubriendo con algún tipo de material con determinadas proporciones de pigmentos para mejorar la difusión de la luz, conviene analizar estas variables porque podría ser que una de ellas se vea alterada en algunos de los materiales y que esto incida, por ejemplo, en un mayor crecimiento vegetativo que el esperado, respecto de otros materiales. Así mismo, si aparecen tecnologías en base a materiales fotoselectivos, que funcionan en esos rangos, debemos entender que podríamos estar incidiendo en el crecimiento vegetativo”, advierte del doctor Bastías.
Un fenómeno que ha podido observar el equipo liderado por investigador, es que modificando la composición de la luz mediante mallas fotoselectivas en el espectro rojo y azul, se logran diferencias en la anatomía de las hojas, con cambios en la conformación de parénquima, en la intensidad estomática y en el tamaño de hoja.
Lo más importante, sin embargo, es que han detectado cambios importantes en la funcionalidad de los estomas y en la eficiencia de uso del agua. “Tanto la luz azul como la roja juegan roles importantes. Se ha determinado fisiológicamente que la luz azul estimula la apertura de estomas, lo que está gobernado por fotoreceptores específicos como son fototropinas y criptocromos. Lo interesante es que, por ejemplo, en manzanos en macetas cubiertos con mallas azules y rojas vimos que, aun teniendo la misma disponibilidad de luz, pero cambiando el espectro, de modo de que en un caso se obtenía mayor cantidad de luz azul y en el otro una mayor cantidad de luz roja, observamos efectos diferentes en lo que respecta a la conductancia estomática. Con la malla azul tuvimos siempre mayor conductancia estomática debido a la incidencia de la luz azul en la apertura estomática”, explica el experto.
Sin embargo, cuando se analizó el fenómeno desde el punto de vista de la eficiencia de uso del agua, es decir, cuánto CO2 se fijó con relación a la cantidad de agua que se evapotranspiró, la malla azul presentó una menos eficiencia. Es decir, utiliza más agua para realizar la misma fotosíntesis y producir la misma cantidad de fotoasimilados. Por esto, la malla roja resulta más eficiente en el uso del agua
“Todos estos son aspectos que debemos ir entendiendo ya que, cuando trabajamos en ambientes protegidos, en los que modificamos el microclima, no solo son relevantes la temperatura, la humedad relativa o la radiación, sino que también la calidad de la luz que estamos generando, ya que las condiciones de transmisibilidad espectral de la luz también pueden estar incidiendo en el balance hídrico de la planta”, puntualiza Richard Bastías.
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