Sobre el efecto de la lluvia en plena cosecha de uva de mesa
Por Juan Pablo Figueroa Foessel / 07-03-2021
Conversamos con el experto chileno Oscar Salgado, gerente de abastecimiento de San Lucar, especialista en comercialización de uva de mesa en Europa. Coco Salgado, desde Valencia, nos comparte su visión del problema de comercialización en base a su conocimiento del mercado europeo, pero también algunos antecedentes de lo que está pasando en EEUU.
– Considerando el nivel del problema productivo causado por las lluvias a mitad de la cosecha de uva de mesa, ¿qué tan adecuados o proporcionados fueron los mensajes enviados por la industria a los clientes y otros actores del sector?
– En mi opinión en esto hay dos lecturas, las que a veces se contraponen. En primer lugar, el mensaje interno que se tiene que enviar a la industria en el país. Ese mensaje debe ser lo suficientemente realista para lograr que el Estado se involucre y gestione algún tipo de ayuda y así mismo para que los productores se sientan interpretados en cuanto a la gravedad de su situación. Pero, por otra parte, las instituciones financieras siempre sobre reaccionan en estos casos. Ese es un balance muy complejo de lograr. Entonces, cómo informo a los involucrados de que tengo problemas, pero sin que el banco me apriete el gatillo. El gran problema hoy día es cómo van a reaccionar las instituciones financieras. Hace poco, un alto cargo de la Reserva Federal advirtió que las instituciones financieras deberían empezar a considerar el riesgo climático. Pero a mí me gusta diferenciar entre incertidumbre y riesgo. El riesgo, al menos en teoría, se puede medir, pero la incertidumbre no se puede medir. En la actualidad, en mi opinión, el cambio climático, más allá de una cuota de riesgo, incorpora una cuota de incertidumbre.
– ¿Qué ocurre con los otros actores de la cadena?
– Esto obliga a enviar un mensaje a los actores de la industria o partes interesadas (stakeholders), que, aunque no sean tus socios, son parte de la cadena. En ese contexto, cuál es el mensaje a las cartoneras, a los proveedores de agroquímicos, a los obtentores o licenciatarios de variedades…, porque acá todos van a perder. El asunto es cómo se distribuye la pérdida y cuánto están dispuesto a sacrificar por el bien de la cadena. Eso es lo que en el mundo anglosajón se conoce como industria. En Chile no tenemos una industria estructurada o suficientemente integrada, incluso con actores importantes que tienen agendas contrapuestas o no necesariamente alineadas. Entonces, cómo envías ese mensaje. Por otro lado, el mensaje tiene que ser lo suficientemente realista, como para que el mercado después no nos diga: ‘ustedes no nos avisaron que no iban a tener la fruta’. Hoy, en EEUU, gran parte de las promociones, que es como se venden los grandes volúmenes, se han ido cancelando por defecto. Porque hemos ido pasando de un 8 a un 16 a un 18% bajo los embarques esperados.
– ¿Cómo interpretas la afirmación de John Pandol en su columna de opinión? “Pero la idea de que, si ‘hay la mitad de la oferta, el precio debería duplicarse’ nunca ocurre”.
– Se refiere a que algunos creen que, con la especulación, ante la falta de fruta, los precios van a subir. Sin embargo, los precios nunca van a subir de tal manera de que compensar las pérdidas que se sufrieron. Hay supermercados que quisieran tener uva de mesa por 52 semanas, pero en la actualidad hay tanto producto con que reemplazar la uva, que si no hay, no hay. En primer lugar, porque te pueden reemplazar. En ese sentido, la temporada de uva de mesa peruana está resultando sumamente larga, aunque no es cierto que haya mayores volúmenes de fruta sudafricana, en uva de mesa Sudáfrica está igual que el año pasado. En los supermercados se puede ver que los berries, por ejemplo, se ofrecen en un muy buen lugar del anaquel, al lado de la uva y a la altura de los ojos.
– ¿Qué te preocupa respecto de la especulación?
– Lo que más preocupa es que algunos exportadores les digan a sus importadores, ‘aguante la fruta, no me la venda’, especulando con ventanas de mejores precios. Pero resulta que igual va a llegar la fruta, aunque sea mala. Es así que, cuando quieran largar su fruta de buena calidad, esta va a coincidir con el peak de la fruta mala y las ofertas van a hacer que, en general, los precios bajen. Me dicen que en EEUU las ventas de uva de mesa están lentas y efectivamente las ventas están lentas porque no hay promociones y la gente se está preparando para que no haya fruta. En ese contexto es que algunos creen que, en vistas a ese mensaje, su fruta va a obtener un mejor precio. Pero no necesariamente va a ser así.
– ¿Y en Europa?
– Hoy en día, en Europa, por las restricciones de la economía doméstica debido a la pandemia, si al consumidor la fruta se le hace cara, va a dejar de comprar, aunque ese precio no alcance para nivelar las pérdidas de los productores. A la siguiente semana el supermercado va a decir, ‘espérate, me quedó un 10% de fruta de la semana pasada’ y así se va a empezar a acumular el stock.
– ¿Ante la probabilidad de que la uva no llegue en las mejores condiciones los recibidores van a estar mucho más sensibles a los potenciales problemas?
– Por supuesto que van a estar más sensibles y preocupados de que el stock sea capaz de aguantar o, si no es así, de venderlo lo más rápido posible. Que es lo mejor que se puede hacer. Otro error es pensar que los supermercados van a bajar sus estándares de calidad. Pero no los van a cambiar. Hicimos la prueba con una cadena de supermercado alemana. Dado el problema de Chile, le solicitamos que cambie sus restricciones sobre el número máximo de residuos permitidos. Que lo aumente de 4 a 6, porque de otra forma se van a quedar sin uva. La respuesta fue un no rotundo.
– Perú también ha tenido años muy malos desde el punto de vista climático. Un ejemplo es el fenómeno de El Niño hace dos o tres años. ¿Está incertidumbre climática, como tú la defines, será como para pensar en ganar un año de cada dos, como ocurre con otros frutales?
– Bueno, digamos que los años en que los productores ganan mucho dinero, tendrán que ganar y guardar, porque efectivamente ese parece ser el escenario.
LOS ROYALTIES DE LA NUEVAS VARIEDADES
– ¿Las nuevas variedades, en este contexto, han mostrado alguna ventaja?
– Diría que una pocas han mostrado alguna ventaja, pero es algo muy puntual. Sin embargo, se han observado ventajas más consistentes en lo referente a sistemas de conducción, en el sentido que los sistemas Gable tienden a secarse más rápido que un parrón.
Sin embargo, respecto de las nuevas variedades, Coco Salgado remarca un potencial conflicto en ciernes. “En cuanto a las nuevas variedades, para mí un aspecto muy interesante que se viene es cuál va a ser la actitud de los breeders, obtentores o licenciatarios respecto de los royalties. En el caso de una variedad nueva que se llovió y se pudrió y en vez de rendir 4.000 cajas/ha rindió 1.200, le van a cobrar igual el royalty este año”.
Respecto de esto mismo, está claro que este no será el año para los contratos fijos, sino más bien para para los contratos FOB.
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